Por: Ingrid Dayana Enríquez Urbano
Grado: 13.4 PFC

Como futuros maestros y maestras que seremos de las nuevas generaciones debemos tener en cuenta que nuestra formación y nuestra responsabilidad va hacer el ejemplo de los chiquitines que vamos a tener a nuestro cargo.

Nosotros seremos el ejemplo y en algunos casos los héroes o heroínas de estos niños, el paso por el programa de formación complementaria y la realización de las practicas investigativas, primero la observación, luego la práctica urbano, practica rural y en este momento la practica en el grado preescolar me han servido para darme cuenta que, como docentes nos vamos a enfrentar a un sin número de contextos, de niños con necesidades diferentes, ya que cada niño es un mundo y una historia totalmente diferente…

Muchas veces en nuestra vida nos preguntamos, si quizás el esfuerzo que hacemos o todas las cosas que realizamos servirán o darán fruto en algún momento de nuestra vida, pero estas preguntas se responden con una sola y hermosa respuesta, y es con tan solo ver a los ojos llenos de amor de nuestros pequeños nos damos cuenta que quizás todos los esfuerzos, todos nuestros trasnochos, nuestras preocupaciones, nuestra responsabilidad está dando frutos en ellos.

¿Haciendo esta pequeña reflexión me salgo un poco de los pasos dados para realizarla y me enfoco en mi vida como docente de preescolar, en mi trabajo y en mi postura como futura madre, y por que como futura madre? Si entra a lugar mi rol de madre ya que nosotros nos convertimos en madres y en padres de unos niños que no llevan nuestra sangre que no son de nuestra familia pero que con el tiempo se convierten en ella, que a lo largo del tiempo y se van dejando un corazón roto pero a la vez feliz porque a pesar de que ellos se van, se van por que cumplen un proceso de formación del cual nosotros somos partícipes

Dicho proceso de formación mencionado anteriormente, ¿lo tomaría desde el punto de vista de ponerles o quitarles ALAS a los niños y por qué quitar o poner?, ¿suena fácil verdad? Así de fácil como suena, es de fácil destruir en segundos la vida de un pequeñín, ¿y como lo hacen los docentes? Con una sola palabra mal pronunciada cuando ellos hacen algo mal o no lo hacen de la manera correcta, solo con una pequeña palabra ofensiva para ellos, ellos ya no van hacer los mismos, por que la persona que el tanto admira lo trato o lo desprecio, porque lo que realizo no lo realizo bien y quizás no lo hizo bien porque no estaba listo para realizarlo.

¿Y cómo le ponemos ALAS a nuestros niños? Se escucha y es muy sencillo, con tan solo una buena palabra de apoyo con una palabra dulce, un trato lindo y dicha con mucho amor estos niños se llenaran de fuerza de amor para realizar las cosas bien, de una manera adecuada y sobre todo tratara de ser los mejores en la vida, con ser los mejores, no me refiero a formar niños competitivos entre sí, me refiero a formar niños competentes capaces de realizar bien todo lo que se planteen en su vida, con esto formaremos personas de bien y personas que lucharan por ser mejores cada día, y ser así como estas personas cambiaran y harán un mundo mejor.

Para terminar con este escrito, solo me queda decir que sé que he escogido la mejor profesión del mundo , no por el sueldo, no por una pensión , no por ser alguien reconocido , no nada de eso me inspiro a mí a elegir ser docente, me inspiro ver a los niños, ver su inocencia, ver su amor, su delicadeza, y saber que ellos necesitan de nosotros , necesitan de una persona que sea capaz de formarlos, de educarlos para un buen futuro, capaces de elegir , capaces de tomar sus propias decisiones, pero sobre todo debemos formar personas humildes, colaboradoras, con estos dos cosas formaremos personas capaces de enfrentarse a un mundo.

Por esto y mucho más, amo ser docente de corazón.